jueves, 19 de agosto de 2010

¿Puedo?

¿Acaso yo también puedo?




[…]¿Nunca has sentido un estado de lucidez superior? ¿Nunca has notado como tu mente digiere mejor los estímulos que recibe de tus órganos sensoriales? Parece que lo comprendes todo. Entiendes cómo funciona el mundo. Todo ocurre despacio, ralentizado. Y tú vas rápido. No escapa a tú atención ni una pequeña mota de polvo. Y, en ese momento, en ese pequeño lapso de tiempo, eres equiparable a un Dios.



Bien, yo me siento así siempre.



Después hubo luz, después nada. Aún hoy sigo pensando en lo oido[…]

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